El actor y su esposa son protagonista y coescritora de la cinta ‘Daddy Daughter Trip’, ya disponible en Netflix.

Ciudad de México — El actor estadounidense Rob Schneider y su esposa, la mexicana Patricia Maya Schneider, acaban de cumplir 13 años de casados y se ven juntos para toda la vida.

“Ha sido un proceso de aprendizaje, de conocernos. Él ama a México y se siente ya más mexicano. No es que seamos la pareja perfecta, pero nos hemos entendido de la mejor manera y hacemos la mejor pareja”, comentó Patricia, productora y escritora originaria de Yucatán.

“Es que ella es la que manda, y yo hago lo que ella diga. La verdad, soy muy feliz con esta familia, amo esta parte de mi vida con una mexicana amorosa. Creo que esta cultura de la familia mexicana, de estar juntos, de crecer, de aprender, de hacer fiesta, de vivir la vida y no tomárselo tan en serio, me ha cautivado… es para toda la vida”, agregó el actor desde la casa donde viven en Arizona.

Él de 60 años, y ella, de 36, fungen como protagonista y coescritora, respectivamente, de la película Daddy Daughter Trip, disponible en Netflix. Dado que el filme lo idearon durante la pandemia, se dieron tiempo para conseguir equipo de producción y financiamiento para realizarla; además, este tiempo sirvió para que Miranda, su hija mayor, alcanzara la edad adecuada para actuar en la cinta.

“En la pandemia nos mudamos de Los Ángeles a Arizona, todo cambió para nosotros, y Paty fue quien ideó la historia. La verdad, me encantó desde el principio”, dijo el actor que ha protagonizado cintas como Deuce Bigalow: Male Gigolo. “Sólo que necesitábamos a una niña un poco más grande y en ese tiempo Miranda era más pequeña. Ya creció (ahora tiene 12 años) y el papel le quedó perfecto”.

El largometraje cuenta la historia de cómo Meara (interpretada por Miranda) desea realizar unas divertidas vacaciones con su papá, Larry Bublé (Schneider), un aspirante a inventor profesional al borde de la quiebra que desea complacer a la niña, pero no sabe cómo.

Aunque es inseguro y desconfiado de sí mismo, el protagonista no ceja en su empeño de que algunos de sus inventos, acercados al diseño industrial y con utilidad doméstica, le funcionen.

“Creo que en la historia hay una parte muy fuerte de ser positivos y de que nos acepten como somos, pero también de creer en nosotros mismos y es lo que le pasa a Larry”, platicó Schneider.

Fuente: www.dallasnews.com